martes, 1 de julio de 2008

Tengo un pelo de gato en la garganta

No me deja respirar. No me deja hablar. No me deja existir. Es como un pelo de gato en mi garganta: fastidioso, entrometido, desesperante hasta el hartazgo.
No sé en qué momento se atrevió a introducirse en mí, pero lo odio por eso. Me odio a mí por ser tan egoísta, por sentirme tan fuera de mí...
¿Cómo se saca un pelo de gato de la garganta de un ser pusilánime? Con pinzas gruesas y con mango de plástico para evitar cortos circuitos en las neuronas alteradas y psicóticas. Otra opción es cortar completamente la garganta y quitarla sin anestesia; duele muchísimo. Y una última es aprender a vivir con ese molesto pelo de gato en la garganta, aunque habrá ocasiones en que no se pueda ignorar su presencia y será cada vez más fastidioso.
Ya veo. Creo que la segunda opción es la más eficaz. Pero no puedo renunciar a él, es decir a ella, a mi garganta. No lo haría. Me ha costado trabajo tenerla y sobre todo después de aquella faringitis que le hizo perder el cabello. La última opción no la tolero, no quiero soportarle toda mi vida o todo el tiempo que mi garganta dure, si no es que se acaba por tener ese pelo de gato entrometido. Entonces debo encontrar unas pinzas. En la ferretera, en mi cabeza. Todo sea por sacar ese estúpido pelo de gato de mi garganta. Estúpido y mil veces estúpido.
Y no sé en qué momento se atrevió a introducirse en mí. Ojalá se metiera un pelo de gato en su garganta para que sienta lo que siento yo, aunque sea un poco de lo que siento yo. Que se le atore un frijol en la nariz. Que las plumas de un pollo le hagan cosquillas en las plantas de los pies. Que un niño le pida un dulce. Que use mis zapatos roidos por las ratas, sudados y sucios, grandes y rojos; rojos como esa ira que enciede mi piel, la torna roja y despide lágrimas a granel para extinguir el calor que la agobia. Que tome té; té de azahares, té de tila, té de limón, té de gordolobo. Que tome pastillas que asesinen su líbido, pastillas enormes y anaranjadas. Que haga lo que sea pero que sienta como yo, que ame como yo, que sufra como yo.

4 comentarios:

ceker (Erik Raúl Sandoval Rodríguez) dijo...

espero que pueda escupir este pelo de gato q no le deja disfrutar, y que después del té todo tenga esa similaridad para poder comprender a quien amar, sentir y disfrutar ^^
saludos y abraxos Doña cocó
^^Ceker^^

libreXpresion dijo...

Me encantó esta muy bien. Bueno lo malo es que de verdad si tengo un pelo en la garganta...

Anónimo dijo...

esta wea no me ayuda en nada

Unknown dijo...

Estoy tosiendo y busco que ayuda puedo tener y veo un poema.